"Me coge de la mano, me atrae hacia él y yo me dejo caer en sus brazos, mi lugar preferido en todo el mundo."

miércoles, 20 de junio de 2018

Los días raros

Han cambiado las cosas desde mi última entrada. Miento, las cosas no han cambiado especialmente, mi forma de verlas si.

 Han sido meses bastante duros de adaptación a la nueva situación. Me he visto hundida, derrotada, por los suelos. He entrado en contacto conmigo misma, he descubierto creencias y he detectado distorsiones. Si, esas que me hacían y a veces continúan haciéndome tanto daño. 
Me llegué a obsesionar y entré en miles de bucles imposibles de salir. Pedí ayuda y aquí estoy. No lo he superado ( me gustaría escribir que si, que me encuentro liberada y que es lo mejor que me ha podido pasar en la vida, pero estaría mintiendo) aún así, voy por el buen camino.

Ya no me siento apegada, ya no siento que le necesite como si fuese una prolongación de mi yo. Eso si que lo he corregido. Tampoco le tengo rabia. Si bien es cierto, aún me duele como se han desarrollado las cosas. Me duele que no tuviese el coraje para admitirlo, me duele que preservar lo nuestro no fuese una prioridad, un " las cosas están cambiando pero quiero seguir intentándolo contigo".Y no es que te duela en el sentido romántico, te duele porque sabes perfectamente que tú lo habrías hecho por esa persona. Es más, lo hiciste. Lo hice. 

Tengo claro, cristalino, que somos libres para enamorarnos y desenamorarnos si sucede, pero también creo que tenemos la responsabilidad de ser claros y comunicar al otro lo que está ocurriendo. Yo tenía el derecho de saber lo que estaba pasando, el derecho de irlo afrontando de poco a poco. De todos modos, lo pasado, pasado está. Supongo que actuó como supo o como egoístamente mejor le vino. Aún así, no le tengo rabia y poco a poco voy perdonando para poder dejar ir.

Le quiero, pero no le necesito. Le perdono, ya no por él, sino por mi, porque no merezco seguir cargando con el lastre del reproche, de la rabia, que tanto pesa y tanto ata. Le quiero, mucho, desde lo más hondo y más sincero. Pero aún más importante, le quiero feliz, con ganas, sonriendo como hacía tiempo no hacía. Porque llegas a un punto en el que solo te importa eso, que sea feliz, contigo o sin ti. Supongo que eso es el verdadero amor y yo me siento afortunada por haberlo encontrado, aunque sea perdiendo.


Siempre le voy a querer. No hablo de mantenerme enamorada por los siglos de los siglos, pero siempre ocupará un lugar especial en mi memoria, en mi corazón. Ese lugar que ocupan los amores imposibles, esos amores que te hubieran gustado eternos, con final feliz. 


Dejé al tiempo en borrador.

El tiempo. El dichoso tiempo que siempre monopoliza las conversaciones, escritos, la vida. Y es que todo parece resumirse y subsumirse a él. El tiempo es, pasa, parece que se detiene, pero no, avanza deprisa, a veces despacio ( más de lo que te gustaría)...

El otro día de camino al trabajo, tiré por el camino de siempre y a la altura del parque de siempre, noté las cosas distintas. Entonces pensé en el tiempo, en lo que te cambia la vida de un día para otro, de un segundo para otro. Hace justo un año yo estaba viviendo una experiencia fantástica con el que era mi pareja. Las cosas nos iban estupendamente bien, quiso compartir conmigo una de sus pocas aficiones, las motos y nos fuimos a pasar el fin de semana a Jerez. Allí estaba yo, emocionada perdía, abrazada a mi chico fabuloso, con el pelo al viento ( vale no, tampoco exageremos que llevaba casco) quemando rueda, risas y pasando un calor de la leche. Hoy, sábado 5 de Mayo, un año después, no solo no estoy en Jerez (re)viviendo la experiencia, sino que tampoco comparto vida con la misma persona.

Que sí, que al comenzar una relación todo el mundo sabe que tal como empieza, también puede acabar, que decir " SI" una vez no te obliga a decir " SI" siempre, así como decidir amar y dar todo de ti conlleva riesgos. Todo eso lo se, pero duele igualmente. Al principio estas premisas se vuelven un constante, lo tienes siempre en mente, pero después de tantos años, de tantos " te elijo a ti", de tantos baches, tropiezos y vuelta a levantarse, después de todo y tanto, se te olvida.O bueno, no es que se te olvide, si no que das por hecho que las cosas seguirán manteniéndose.

Quizás éramos demasiado jóvenes por aquel entonces. Quizás lo que antes nos unía hoy nos separa.


martes, 1 de mayo de 2018

Mi primer mes sin ti.

Cinco años sin escribir...

Mentiría si dijese que recordaba la existencia de este blogg. Parece que solo recurro a la escritura cuando las cosas van mal y hoy es uno de esos días. Hoy hace justo un mes que mi pareja decidió poner fin a nuestra relación tras 8 años de convivencia. Estaba experimentando un golpe de ansiedad cuando de repente se me ocurrió escribir, a ver si así me desahogaba y PUM, se me vino a la mente este blogg. 

He encendido el PC, he tecleado " cortesprofundos" y nada. No aparecía nada. En ese momento he sentido aún más ansiedad. He recordado viejas fotos con él, entradas acerca de él y he pensado " no puedes perder eso también". El agobio ha sido máximo...hasta que por fin he dado con él. Alivio.

Al abrirlo y ojearlo he sentido dolor, opresión en el pecho. Ha sido como revivir 8 años de golpe, sin anestesia. Por lo visto nuestras diferencias ya estaban presentes e instauradas por aquel entonces. Reclamos y más reclamos por mi parte. Insatisfacción, dudas pero también amor. Le he querido tanto, dios...

¿ Sabéis? siento que me falta algo, una parte, las ganas, la vida incluso. La gente parece haber olvidado que se siente cuando apenas sientes y cuando aquello que sientes es tan solo dolor. " No es para tanto" dicen, " no se ha muerto nadie", dicen...ha muerto algo, una relación. Puede que sea una pérdida simbólica, pero no deja de ser una pérdida. También hay gente que tras años y años de relación acaba perdiendo su identidad. Te sientes extraño, distanciado de ti mismo, desorientado y confuso. ¿ Dónde quedan tus planes, tus objetivos? Yo tenía planes, ¿sabéis? estaba dispuesta a sacrificarme por un futuro mejor. Había invertido parte de mi dinero en unos manuales nuevos, estaba dispuesta a sacrificar mi tiempo por estudiar. Y, ¿ sabéis qué? no me suponía ningún esfuerzo porque sabía que después de un día duro quizás le vería, cinco minutos, diez minutos o toda una noche.¡Qué más daba! le tenía a él y punto.

Ahora comprendo que este es el riesgo que se corre cuando otorgas a una sola persona el poder de dar sentido a tu mundo y esa persona no eres tú. Perdida, hundida, sin ganas...así me encuentro.

Siempre había pensado que si la relación por un casual terminase sería por mí. Y es que veréis, he puesto taaaaaaanto, tanto esfuerzo, ganas, he intentado comprenderle, dar sentido a cada una de sus rarezas incluso si con ello ganaba malestar. He desatendido algunas de mis necesidades por acoplarme, porque quería que funcionase, porque le quería. Que me olvidé de quererme a mi misma...

Estoy resentida, si. También dolida, enfadada, triste y conmocionada. Reconozco en mi cada una de las fases del duelo. Mi primera semana de soltera fue bastante buena ( básicamente negué cualquier indicio de ruptura, me senté a esperar que razonara, se diese cuenta de que estaba equivocado y viniese a pedirme volver. Eso nunca ocurrió). Después llegó la rabia, una tristeza superficial, pero sobre todo rabia, rabia y enfado. No podía creer que él hubiese echado por tierra nuestro proyecto de futuro por una crisis existencial suya. No podía aceptar como había podido ocultarme durante meses su malestar con respecto a la relación. Y pensareis, ¡Noelia, eso se nota! Claro que sabía que no se encontraba bien, él mismo me lo había confesado. Durante meses le había escuchado decir lo amargado, lo desconforme que estaba con su vida, con su trabajo. Durante esos mismos meses le pregunté varias veces que si me incluía dentro de ese saco y su respuesta siempre fue << no sé, no. No>> Sin embargo, notaba apatía, ausencia, falta de ganas. Y es que veréis, cuando una persona se encuentra mal consigo misma, no puede estar bien con las demás. Entonces, ¿cómo iba a querer hacer planes, disfrutar, si no tenía apenas energía? No se...lo único certero fue aquella discusión. Iba a quedarse conmigo a dormir después de mi llegada de Budapest, pero durante todo el día estuvo flojo, hostil, negativo, sin energías casi. Yo no podía más, tan solo quería cariño, abrazos, calor, sentirme refugiada tras esos brazos y discutí. Le dije que me estaba amargando la vida, que necesitaba que controlase sus oscilaciones anímicas y que si creía que no iba a poder, que se replantease el dejarme. ¡Déjame, déjame! le grité. Y eso fue lo que sucedió. Dos días más tarde rompió conmigo. Así, sin esperarlo, sin explicación.

-Y es que veréis, cuando una persona se encuentra mal consigo misma, no puede estar bien con las demás-

Desde entonces vengo arrastrando vaivenes anímicos, momentos de lucidez y momentos de llanto inconsolable. ¿ No íbamos a ser para toda la vida? puede que sea una visión infantil del amor, pero a pesar de que no creo en los infinitos, contigo hubiese hecho una excepción. 

Hoy buscando citas en la red, di con este fragmento:

" No sabía si dejarle ir. Le di muchas oportunidades. A mí me enseñaron a luchar por lo que quería y yo lo amaba y, según mi creencia, renunciar estaba prohibido. Creo que en el fondo me retiraba muy, muy lento; como para darle tiempo de que se arrepintiera del daño que me hacía. Sin mirar atrás, me fui poco a poco. Un paso y luego otro, todos pequeñitos, creyendo que en algún momento me alcanzaría para decirme que había recapacitado y lucharía por nuestra relación. Me pasó que, después de alejarme un poco, volteé a mirar al lugar donde se quedó y él ya se había ido"
- Le conté a un Colibrí, Denise Márquez.

Creo que perfectamente podría haberlo escrito yo, algo peor escrito por supuesto, pero bien la idea podría haber sido mía. Y es que básicamente, en esto se resume mi relación en estos cuatro últimos años. Yo tirando, tú soltando. Yo cansada y dispuesta a soltar, pero en el fondo esperando que me detuvieras. Eso nunca pasó. Siempre tuve la valentía de irme y la cobardía de volver cuando tú no eras capaz de hacerlo. ¡Qué nos ha pasado! ¿ Se nos rompió el amor? yo por mi parte te sigo amando. Sin embargo, no puedo ignorar que estoy dolida, que estoy harta de llorar y que has roto mi confianza. A la mínima de cambio te vienes abajo, te asustas y te retiras. Yo necesito y quiero una persona que esté conmigo en las duras y en las maduras, que se crezca ante la adversidad, que esté feliz de tenerme en su vida. Una persona a la que aporte y me aporte. Una persona con la que no tenga la necesidad de tenerme que ir y que si por un casual eso ocurriese, me detuviese a tiempo.

Te pasaré, te lloraré, me faltarás durante mucho tiempo, no sé si durante toda una vida. Has sido y eres una de esas personas que se clavan y se instalan ahí, bien adentro. Una persona especial, la primera con la que he podido destaparme, ser cien por cien yo. Sin disimular, sin pensar, sintiendo, simplemente sintiendo. Lo hubiera dado todo por ti, de hecho lo hice. No se si la vida te ha puesto en mi camino en forma de aprendizaje, pero me hubiese gustado que fueras eterno. Tú y yo, siempre, como antes. ¡Maldita sea! fuiste un puto flechazo. 
Fuiste, desde que te vi, fuiste.

lunes, 29 de abril de 2013

Agobio


Me agobio. Me agobio mucho...
Escribo una letra tras otra, intentando plasmar aquello que siento, a pesar de que ninguna de ellas me inspire. A medida que voy escribiendo, cada palabra me gusta menos que la anterior , y así sucesivamente. Tampoco me gusta y a la vez me frustra, la idea de pensarte un desconocido, eso sí, un desconocido muy sexy. Contigo comparto vida, cama y lo que haga falta.
Llevas siendo mi compañero más de un par de años, contigo he pasado tormentas y tempestades. Hemos tambaleado y en ocasiones ha costado mucho levantarse. También y merece la pena citar, he pasado los años más interesantes y felices de toda mi existencial y corta vida; entiende que por eso me preocupe.
Como bien dijiste, todo el mundo cambia, lo extraño es hacerlo en un abrir y cerrar de ojos. ¿ Siempre fuiste así? ¿ A caso insinúas que me he estado engañando todo este tiempo? podría ser, no lo descarto.
Me gustaría verme contigo, de hecho me veo, pero ¿ quizás en un futuro? de nuevo, espero...
¡Eres tan...interesante!

sábado, 16 de marzo de 2013

Tú no tienes de eso


Y te permites el lujo de hablarme de moralidad, tú que simulas ser ángel encarnando el papel de un diablo. Tú que vendiste a tu familia por un puñado de dinero, ¡víbora sin escrúpulos!…no, no te lo permito. Ni siquiera deberías pronunciar esa palabra, moralidad, de la que por cierto careces, y desde hace mucho tiempo. Contigo los científicos descubrirían una nueva categoría que añadir al puñado de enfermedades mentales; “la lourdopatía”: trastorno mental severo caracterizado por una gran habilidad para la mentira,  alta capacidad creativa e inventiva de vida propia, manipulación en alto standing y trastorno de personalidad múltiple y habilidad para escupir veneno” si se encuentran con una sujeto así, HUYAN.
Al parecer, no querida mía, es un problema conceptual. Tú que eres tan experimentada y tan lista, tú que tienes carrera en Harvard, pero de trapichería,¿ no conoces la palabra moral? La moral conlleva tener una serie de valores sociales, y tú el único valor que tienes es el de tus propiedades monetarias y terrenales. Muy rica económicamente, pero muy poco en espíritu. Un valor que nos inculcan desde pequeños, y que estaría bien que conocieses, es el amor y el respeto hacia la familia, familia a la que TÚ y solamente TÚ, te has encargado de romper y fraccionar. Seguro que ha tenido que ser muy difícil para ti ser simplemente la sombra de alguien superior, y a la que ESCUCHAME BIEN, nunca alcanzarás, porque eres mala…muy mala.
Está claro que me equivoqué. Que duermes a pierna suelta cada noche; ¡Fallo mío! Se trata de una tendencia mía a buscar humanidad en personas que ni han tenido el placer de conocerla. Ahora, y si bien me permites un consejo: Tomar tanta valeriana para calmar los nervios y los remordimientos es mala, te agua la sangre ¿y no queremos que le ocurra nada malo, verdad? ;) Y con esto y un bizcocho, me despido hasta las 8

lunes, 11 de marzo de 2013

Aprovecha la oportunidad.


Hemos llegado a un punto de inflexión en nuestras vidas, nada es del todo cierto, demasiado efímero, tanto como tus promesas. Sabes que por ti haría lo que fuera; solo tendrías que pedirlo. Tú crees que exagero, que estoy medio loca, y yo contesto que sí, demasiado loca por ti. Sabes que hacer para calmarme, recitar las palabras mágicas y hacer que todo lo malo desaparezca, pero ¿sabes qué? Ya no tienen ningún peso, ningún poder sobre mí. Se debilitan tanto como tu imagen impoluta. Siento que no aguanto una herida más, que es demasiado el peso que sostengo, nunca me gustó sufrir y menos de forma gratuita. De manera que te propongo algo, NO MÁS MENTIRAS, no más promesas imposibles de cumplir. No utilices escusas banales, ambos sabemos que no se trata de un problema de comunicación, siempre has tenido claro aquello que me causaba placer y aquello que me hacía sufrir. Para todo existen límites, y tú los has propasado y además de forma violenta. Deja el egoísmo, deja la hipocresía y comienza a reformularte el concepto de pareja, que al parecer lo tienes distorsionado. Amar es desear, echar de menos, sufrir en momentos de adversidad y disfrutar a la vez. Amar es labrar un bien común, es cuidar la planta, saber regarla y protegerla de cualquier tempestad. Protegerla del descuido, inadvertencia, olvido, despiste o distracción. Espero y que tengas mis palabras muy en cuenta, porque no las volveré a repetir. Suena a ultimátum, es un ultimátum. Te amo, aprovecha la oportunidad.

Please.


La atmósfera ya no es fiable; mil promesas, ninguna intención.
 ¿Qué soy para ti? Ahora estás a tiempo de decirlo, espero y de corazón.
 Siempre alegas que tengo razón, pero hacen falta más de un par de horas, para llegar a la puta conclusión. Horas circulares, horas banales llenas de sinrazón. Deja el “ no sé” adopta un sí o un no.