Hoy me siento tremendamente bien, moralmente me refiero. Después de varios días echándolo de menos, lo tuve entre mis brazos. Y como no hacerlo después de tantos días en los que pensé que la llama se apagaba. Supongo que fue la rutina, el vernos día si y día también.Una lucha constante por aplacar mi conciencia, mi memoria. No quería verme entre sus brazos, al menos por unos días. No había rastro alguno de deseo. No quería hacer el amor, no, por entonces no.¿ Qué coño me ocurría?. Aún no lo sé. Quería sentirme de todos, y a la misma vez de nadie. Bailar, bailar hasta que doliesen los pies, hasta que no pudiese más.Mis amigas.Una noche más con ellas, como en vacaciones. Esas vacaciones que de cierto modo me han marcado. Fui con unas ideas, y llegué con otras bien distintas. Ahora se que no quiero desaprovechar mi juventud encerrada en una casa, ya habrá tiempo para todo eso. Ahora toca disfrutar, más sin descuidar otras ocupaciones. Han servido varios días de no tenerte, de darme cuenta que te echo de menos. La llama no se apagó nunca, sigue intacta. Y yo te espero, si, como agua de mayo.
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